Beliza Coro: “Ser mujer e indígena es mi mayor fortaleza”
Beliza Coro, activista indígena, doctora en Derecho y jefa de inclusión digital en una importante empresa de telecomunicaciones, participó recientemente en el programa #VoyaSer, ofreciendo una charla inspiradora a las estudiantes de Perú. De cara al Día Internacional de los Pueblos Indígenas, nos concede esta entrevista, en la que cuenta su experiencia y habla sobre los retos para lograr una verdadera inclusión
Las mujeres indígenas a menudo se enfrentan a una doble discriminación: cultural y de género. ¿La has sufrido de alguna manera?
Muchas mujeres tenemos características que nos define, como nuestro género, nuestro origen étnico y nuestro nivel socioeconómico. Para muchas esta interseccionalidad puede verse como un limitante a la hora de plantearse metas y cumplirlas. Yo desde niña crecí con comentarios de personas que me decían: “Es imposible, Beliza, que tú quieras estudiar Derecho y trabajar en una multinacional como abogada”.
Ante esto, puedes decir: “Tienes razón, tengo que quedarme atrás. Quizás deba contraer matrimonio a temprana edad, seguir en las calles y no tener acceso a la educación”. Sin embargo, en mi caso decidí pasar de una realidad sin oportunidades a otra donde fuera creadora de mis propias oportunidades.
Así, decidí estudiar aún más duro, con fuerza, disciplina, constancia, determinación y responsabilidad para que mis acciones fueran en contra de esos comentarios. Creo que es importante darle la vuelta a toda situación negativa y, sobre todo, hay que tomar la herramienta de la educación a nuestro favor para escribir nuestra propia historia de vida.
Yo ahora puedo decir con mucha certeza que esas características de ser mujer e indígena son mi mejor fortaleza, mi mayor legado. Son la herencia de mis ancestros y me siento absolutamente orgullosa de ella.
Centrándonos en la educación, se calcula que solo una de cada diez niñas indígenas termina la escuela secundaria en América Latina. ¿Qué causas crees que se esconden detrás de esa cifra?
Uno de los factores que impide el desarrollo económico de nuestra región es el nivel de la educación y el acceso a la educación, que son dos puntos diferentes. Si nosotros no hablamos a nuestras niñas del valor de la educación, no vamos a tener a una generación preparada. Pero si a la par no tenemos políticas públicas o iniciativas privadas para mejorar la calidad de la educación, será más difícil que contemos con profesionales preparados.
También creo que es importante tener mentoras y mentores. Hay que hablar a las niñas de las innumerables oportunidades que tienen si acceden a educación, justamente como lo están haciendo con #VoyaSer, que para mí ha sido una de las experiencias más bonitas y enriquecedoras que he tenido: hablar con estas chicas que, a pesar de su timidez, decían: “yo quiero ser psicóloga”. Una incluso se lanzó a la piscina y dijo: “yo quiero ser actriz”. En un escenario tan complejo como la parte rural, rodeada de estereotipos, que alguien diga “yo quiero ser actriz” es algo innovador y valiente, y yo pienso que hay que darles esa oportunidad.
«Hay que hablar a las niñas de las innumerables oportunidades que pueden tener si acceden a la educación»
Necesitamos más gente disruptiva que diga “yo quiero ser cantante”, “quiero ser artista”, “quiero ser científica”. Necesitamos fomentar la capacidad y talento de estas niñas. Si les dan oportunidades con estos programas, posteriormente ellas pueden ser parte de empresas, desarrollarse profesionalmente y algún día ellas se pueden convertir en directoras y CEOs/ en estas empresas multinacionales, y así podremos tener una sociedad más igualitaria.
Las mujeres también son una minoría en carreras STEAM. Si ponemos el zoom en las indígenas, la brecha es aún mayor. ¿Por qué? ¿Qué crees que se puede hacer para cambiar esto?
Tenemos que trabajar arduamente para conseguir que más niñas que quieran estudiar las carreras STEAM puedan y tengan los medios necesarios para hacerlo, para que cuando una niña diga “quiero ser científica” dentro de una comunidad indígena, en medio de tanta necesidad, su familia no les responda: “primero preocúpate en conseguir el dinero para comer”, y los sueños de ellas queden a un lado.
Atacar ese sistema de vulnerabilidad requiere la puesta en marcha de nuevas políticas públicas, con programas mucho más fuertes que ataquen a la pobreza económica. Además, otro reto es visibilizar a las mujeres indígenas profesionales en las áreas de STEAM y así demostrar que sí es posible repetir un camino trazado: “Si ella lo logró, veamos cómo lo hizo”.
Hay muchas cosas por hacer, pero yo creo que al menos comenzar por estos frentes de trabajo ya sería importante.
«Ser mujer e indígena es mi mejor fortaleza, mi mayor legado. Me siento orgullosa de ello»
En tu caso, actualmente ocupas una posición de responsabilidad en una gran empresa de telecomunicaciones: ¿Cómo has llegado hasta aquí y de qué manera ha influido la educación?
Sí, actualmente ocupo el cargo de una jefatura regional en una multinacional del sector de las telecomunicaciones y ha sido un camino bastante largo, con retos muy fuertes, pero también con grandes cosechas. Yo entré muy joven, con mi traje indígena, tímida ante un mundo totalmente diferente a lo que yo podía esperar. Y ha tenido sus dificultades, pero también quiero resaltar las cosas positivas: he tenido la oportunidad de encontrarme con profesionales absolutamente maravillosos, líderes innatos que me han abierto puertas, mentores y mentoras que me han guiado y generosamente me han compartido sus conocimientos; y, lo más importante, me han apoyado a crecer y me han inculcado valores.
Primero apostaron por mí para que sea la abogada de una de las sucursales de Ecuador. He estado también con el equipo de Londres y luego viví muchos años en España trabajando como abogada en la sede central de esta empresa de Telecomunicaciones. Siempre me sentí muy orgullosa de mis raíces y recuerdo que en España compartía con mis compañeros el significado de algunas palabras de mi lengua materna, que es el kiwcha. Así puse en práctica una verdadera interculturalidad: el conocer sobre culturas diferentes y el aprendizaje mutuo.
Toda esta trayectoria me ha enseñado a creer en mí misma. A pesar de las dudas que tienes, dejar aparcadito el miedo y decir: “yo puedo estar aquí, en estas conversaciones. Yo tengo el derecho también a desarrollarme como profesional en estos escenarios. No por mis orígenes, por mi color de piel, por ser mujer o por ser latinoamericana, no debo estar aquí. Al contrario, yo debo estar aquí porque estas voces diversas tienen que ser escuchadas”.
Gracias a ello, luego volví a la unidad de Hispanoamérica, que es donde trabajo ahora, y yo te diría que esa sensibilidad para entender una región tan diversa como la nuestra, donde hay muchísimas culturas, muchas lenguas, muchas etnias, muchas realidades… es muy necesaria en estos escenarios profesionales.
«Esa sensibilidad para entender una región tan diversa como la nuestra, donde hay muchísimas culturas, lenguas, etnias, muchas realidades… es muy necesaria en los escenarios profesionales«
Recientemente colaboraste con una charla inspiradora en #VoyaSer, de Santillana y Fundación Entreculturas-Fe y Alegría. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue una experiencia bonita y enriquecedora, realmente especial, y espero que Santillana pueda seguir con este apoyo a estas niñas, porque realmente desde el primer momento en que me hablaron del programa #VoyaSer me encantó. Es un proyecto que vale mucho dentro de nuestra sociedad, sobre todo en nuestra región, y estoy agradecida que me hayan llamado a colaborar, me siento muy honrada.
Mi objetivo fue compartir mi historia desde el corazón y, sobre todo, escuchar a las niñas. Lo disfruté porque realmente puse el corazón en ese espacio, quise contarles mi caminar pero quise escucharlas y tener una hermosa charla donde ellas me contaran sus miedos y temores pero también sus sueños y anhelos. Creo que lo conseguimos.
Cuando decidí contar mi historia de vida, ya hace muchos años atrás, no fue porque quisiera resaltar, sino al contrario: porque siento que mi historia es la de muchas otras niñas y quiero que sepan que hay circunstancias, hay miedos, va a haber discriminación, va a haber muchas cosas negativas… pero que ellas tienen fuerza. Que si son capaces de ser disciplinadas, de trabajar duro y de soñar en grande, ellas lo van a conseguir.
¿Qué le dirías a otras niñas o mujeres indígenas que estén leyendo esta entrevista y vean en ti a una referente?
Yo les diría que estoy muy orgullosa de ellas por el caminar que han hecho: muchas de ellas en escuelas, aspirando a llegar al colegio, a la secundaria o a la Universidad. Que sigan cultivando esa ambición positiva del seguir formándose académicamente es un logro y les animo para que sigan en ese camino y que sean fuertes, valientes.
A mí me dijeron un día que ponga el listón tan alto, tan alto, que vea que esforzándome al menos a la mitad de ese listón voy a llegar. Creo que es importante que nunca nos quedemos en la zona de confort, sino que sigamos dando lo mejor de nosotros sin olvidarnos de los valores y de nuestras raíces, que nos hacen únicas. Por eso las invito a que tengan el coraje de romper los estereotipos sociales y las circunstancias que les rodean, utilizando la educación como la clave para un brillante futuro. Recuerden el enorme poder que tiene en ustedes la decisión de estudiar y prepararse. No dejen que el miedo o las circunstancias sean más fuertes que ustedes, concéntrense empodérese, sean constantes, y autolideren su camino. Deben recordar que su opinión, su punto de vista, y su aporte a la sociedad es imprescindible. Necesitamos gente como ustedes, jóvenes valientes que se enfrenten a las circunstancias, decididos, positivos y empoderados para hacer un cambio en nuestra región y el mundo.
Quiero que hoy se comprometan con ustedes mismos a no dejar que nadie ni nada les frene en hacer realidad sus sueños, por favor no lo permitan jamás. Tienen la obligación de liderar su vida y llevarlo tan lejos como puedan y quieran. Aduéñense de sus sueños, cualquiera que sea, y persistan con todas sus fuerzas hasta convertirlas en realidad. Aunque el camino no sea fácil, estoy totalmente segura de que lo conseguirán porque tendrán fuerza y coraje esculpido con dedicación y perseverancia y eso no tiene comparación.
Muchas gracias y, en mi idioma, Yupaichani.