Conectadas por la educación

Conectadas por la educación

La revolución digital ha cambiado nuestro mundo sin apenas darnos cuenta. Hoy tenemos todo a un golpe de clic y eso afecta a todas las esferas de nuestra vida: a cómo trabajamos, a cómo nos relacionamos y, también, al modo en que enseñamos y aprendemos.

Es evidente que esta transformación digital ofrece infinitas ventajas que han hecho progresar a nuestra sociedad. Sin embargo, también ha puesto de manifiesto la enorme desigualdad que existe en muchas zonas del planeta, donde el acceso a las TIC es un lujo al alcance de muy pocos. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en su informe ‘Panorama Social’ de 2022, cita la falta de conectividad como uno de los grandes desafíos de la región.

La dificultad para acceder a internet es uno de los motivos por los que muchos estudiantes se han desvinculado del sistema educativo en estos años en los que ha habido un gran avance de la educación online e híbrida. Este aislamiento también afecta a sus oportunidades de futuro en un mundo cada vez más tecnológico: según las estimaciones del Banco Mundial, en 2030 el 77% de los puestos de trabajo requerirán de habilidades digitales.

Si hacemos zoom en este problema, podemos hablar también de una brecha digital de género. Según UNESCO y EQUALS, las mujeres tienen 1.6 menos probabilidades que los hombres de contar con competencias digitales. La percepción de la tecnología como un ámbito masculino unido a la escasa visibilidad que se le da a referentes femeninos en el ámbito tecnológico inciden en la falta de confianza de las niñas.

#VoyaSer, un proyecto que conecta con la educación

Atendiendo a este contexto, en 2022 Santillana creó, junto a Fundación Entreculturas Fe y Alegría, el programa #VoyaSer, una iniciativa que impacta en personas con un perfil muy vulnerable: niñas, indígenas y de bajos recursos.

El proyecto, que acaba de iniciar su segunda edición en Guatemala y Perú, ofrece a las participantes una ayuda económica para que puedan continuar con sus estudios, el acompañamiento de los coaches de Santillana y formación específica en dos materias: inteligencia emocional y habilidades digitales.

“La mayoría de las niñas que han participado en la primera edición no habían tenido nunca un contacto con la tecnología. Muchas se sentían incapaces de manejar una computadora. Ha sido muy gratificante ver lo que han aprendido a lo largo del curso y, sobre todo, lo que #VoyaSer ha supuesto para ellas en términos de autoestima y empoderamiento”, señala Adriana Beltrán, de Santillana Guatemala, que ha sido la encargada de supervisar el proyecto en este país.

En Perú, la persona de Santillana que ha gestionado de primera mano el proyecto ha sido Miriam Parra, quien añade que “el curso de habilidades socioemocionales también ha sido fundamental para que se dieran cuenta de que ellas pueden conseguir lo que se propongan. Ha sido satisfactorio lograr que ellas puedan comprender mejor sus emociones y tener un avance en sus aprendizajes”. “El acompañamiento ha sido otro aspecto clave. Para nosotros ha sido muy bonito poder apoyarlas y ver su evolución durante todo el viaje del programa”.

Al final, lo que se procura con #VoyaSer es darles una ayuda integral de calidad que les ayude en el futuro. “El propósito de Santillana es dar mayores oportunidades de vida a través de la educación y #VoyaSer es un proyecto que está totalmente alineado con este objetivo”, señala María García, coordinadora global del proyecto en Santillana. “#VoyaSer las mantiene conectadas con el sistema educativo y, también, con las demandas del mundo actual”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *