El problema (y la solución) del abandono escolar en Guatemala
Guatemala es uno de los países que vive una relación más problemática con la escolarización. Si bien es cierto que el estado ha venido realizando significativos esfuerzos dentro del sistema formal de enseñanza, estos todavía resultan insuficientes.
Esto es especialmente aplicable al caso de niños, niñas y adolescentes indígenas, cuyo acceso a la educación representa retos todo tipo de restos, sobre todo si se considera que la diversidad cultural del país demanda atención de calidad en el propio idioma y con pertinencia cultural en el contenido de la enseñanza.
La situación es en general precaria para toda la niñez y adolescencia del país, pues la tasa neta de escolaridad permite señalar, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Indicadores Educativos del Ministerio de Educación (Mineduc), que solo ocho de cada diez niños y niñas acceden al nivel primario de la educación.
Un mensaje de alerta
Esto constituye una alerta, pues en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se esperaba alcanzar, para ese año, la totalidad de cobertura en el nivel primario. La situación empeora en la medida en que se avanza en los ciclos educativos.
En secundaria las tasas son de, al menos, la mitad que en primaria y en el nivel diversificado: la tasa se reduce nuevamente a la mitad. De manera que apenas uno de cada cuatro jóvenes en edad escolar para el ciclo diversificado efectivamente está escolarizado.
En resumen, más del 75% de jóvenes en ese rango de edad ha abandonado o nunca se ha inscrito en un plantel escolar. Según el estudio de Unicef, en los departamentos que presentan mayores proporciones de estudiantes indígenas (Totonicapán, Sololá, Alta Verapaz, Quiché y Chimaltenango) se observan, con excepción de Huehuetenango, tasas de escolaridad en primaria menores al promedio nacional.
Las causas del abandono escolar y sus posibles soluciones
Para entender cómo podría solucionarse el problema del abandono escolar, merece la pena conocer sus principales causas. Por ejemplo, algunos alumnos no van a la escuela por no tener oportunidades de estudiar, mientras que cuando crecen, las niñas dejan de ir a la escuela porque se quedan en sus casas.
La solución pasa por una mayor implicación del estado en mejorar las infraestructuras y los accesos a las escuelas. De hecho, este es uno de los principales problemas que los estudiantes identifican, además de la falta de mobiliario y ordenadores.
En este sentido, proyectos como Voy a Ser suponen una pequeña luz al final del túnel. Un programa que pone en valor la transformación social de Santillana, ofreciendo una ayuda totalmente integral (ayuda educativa, social, tecnológica y económica) para las niñas indígenas en situación de exclusión social.